domingo, 10 de marzo de 2013

LAS EXPERIENCIAS DE MI VIDA EN VIENA


Adolfo Hitler, el mismo cuenta su experiencia nada fácil cuando llego a la ciudad de Viena, lo describe como algo trágico pero a la vez oportuno ese lapso e su vida, pues fue en ese entonces cuando Hitler hace una muy objetiva critica de la Vida que se daba en ese país, la abúndate diferencia entre los ricos y los pobres, la diferencia de lo que es ser un simple peón como lo fue el, a ser una persona perteneciente a la clase alta y refinada. Pero lo más impórtate y que puntualiza mucho en este capítulo es la falta de nacionalización, como él lo llama falta de "orgullo nacional" y la falta de moral de las personas para sentirse pertenecientes y ser fieles a sus principios nacionales. Hitler describe como empezó a trabajar de peón para ganarse el pan de cada día y así mismo describe la vida de las personas que experimentaban y vivía la falta de comida y sustento. También cuenta que después empezó a valerse por sí mismo y fue acuarelista y dibujante que fue posible para lograr el complemento teórico necesario para su  apreciación íntima del problema social.
Hitler narra en tal capitulo el cómo impugnaba ante la opinión de la gente, los esclavos, los trabajadores acerca de temas como la religión, política, educación él lo tomaba como algo infame, creía y decía que todo aquello era infame, así pues empezó a estudiar, defender los derechos de los trabajadores a través de los sindicatos, empezó a crear su propio criterio hacia Viena y su organización y detalla como de débil cosmopolita debió convertirse en antisemita fanático.
Entre los puntos más importantes de este capítulo encontramos:
Hitler dice  No se olvide que “parvenu” es todo aquel que por propio esfuerzo sale de la clase social en que vive para situarse en un nivel superior. Ese batallar, con frecuencia muy rudo, acaba por destruir el sentimiento de conmiseración. La propia dolorosa lucha por la existencia anula toda comprensión para la miseria de los relegados. De la desigualdad social existente describe:

NO CABE EN EL CRITERIO DE TALES GENTES COMPRENDER QUE UNA ACCIÓN SOCIAL NO PUEDE EXIGIR ELTRIBUTO DE LA GRATITUD PORQUE ELLA NO PRODIGA MERCEDES, SINO QUE ESTÁ DESTINADA A RESTITUIRDERECHOS.


Durante mi lucha por la existencia, en Viena, me di cuenta de que la obra de acción social jamás puede consistir en un ridículo e inútil lirismo de beneficencia, sino en la eliminación de aquellas deficiencias que son fundamentales en la estructura económico-cultural de nuestra vida y que constituyen el origen de la degeneración del individuo o por lo menos de su mala inclinación.  
El problema de la “nacionalización” de un pueblo consiste, en primer término en crear sanas condiciones sociales como base de la educación individual. Porque solo aquel que haya aprendido en el hogar y en la escuela a apreciar la grandeza cultural y económica.

Como la socialdemocracia conoce por propia experiencia la importancia de la fuerza, cae con furor sobre aquellos en los cuales supone la existencia de ese casi raro elemento, e inversamente, halaga a los espíritus débiles del bando opuesto, cautelosa o abiertamente, según la calidad moral que tengan o que se les atribuya. La socialdemocracia teme menos a un hombre de genio, impotente y falto de carácter, que a uno dotado de fuerza natural, aunque huérfano de vuelo intelectual. Esta es una táctica que responde al preciso cálculo de todas las debilidades humanas y que tiene que conducir casi matemáticamente al éxito, si es que el partido opuesto no sabe que el gas asfixiante se contrarresta sólo con el gas asfixiante. A los espíritus pusilánimes hay que recalcarles que en esto se trata del ser o del no ser.

Como consecuencia del hecho de que la burguesía en infinidad de casos, procediendo del modo más desatinado e inmortal, oponía resistencia hasta a las exigencias más humanamente justificadas. Solo el conocimiento del judaísmo da la clave para la comprensión de los verdaderos propósitos de la social democracia. 

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