sábado, 6 de abril de 2013



LA PRIMERA FASE DEL DESARROLLO DEL PARTIDO OBRERO ALEMÁN NACIONALSOCIALISTA


 

  El problema de la reconstitución del poderío político de Alemania fue según Hitler, una cuestión primordial que afectaba al saneamiento de su instinto de conservación nacional y esto porque la experiencia demuestra que toda política exterior de acción preparatoria, así como la valorización de un Estado, dependen en menor escala de los elementos bélicos disponibles que de la capacidad de resistencia moral, ya evidenciada o simplemente supuesta, de una nación.
   
   La importancia que adquiere un país como aliado se valora por la notoria presencia de un vibrante espíritu de conservación nacional y de un heroísmo hasta el sacrificio, y no por la simple posesión material de elementos bélicos inanimados, pues, una alianza no se pacta con armas, sino con hombres. Un joven movimiento que se impone como finalidad la reconstrucción del Estado alemán con soberanía propia, debe por entero concentrar su actividad en la tarea de ganar la adhesión de las masas. La joven generación intelectual alemana que en otoño de 1914 cayera en las llanuras de Flandes debió después hacer enorme falta. Había sido pues la élite de la nación y su pérdida no fue posible compensarla en el curso de toda la guerra. No solamente la lucha es irrealizable cuando los batallones que se lanzan al ataque no cuentan en sus filas con la masa obrera, sino que resulta también utópica la preparación de carácter técnico sin la espontánea cohesión interior del organismo nacional.
   Fue por eso por lo que ya en el año 1919 Hitler se  halló persuadido de que el nuevo movimiento debía lograr previamente como objetivo capital, la nacionalización de las masas. De ahí resultaron, desde el punto de vista táctico, una serie de postulados:
   1º Ningún sacrificio social resultará demasiado grande, cuando se trate de ganar a las masas para la obra del resurgimiento nacional. Quiere esto decir que un movimiento que aspira a reincorporar al obrero de Alemania al seno del pueblo alemán, tampoco debe detenerse ante sacrificios económicos, mientras éstos no impliquen una amenazar para la autonomía y la conservación de la economía nacional.

   2º La educación nacional de la gran masa puede llevarse a cabo únicamente en forma indirecta, mediante un mejoramiento social, ya que sólo gracias a éste, son susceptibles de crearse aquellas condiciones económicas que permitan al individuo participar del acervo cultural de la nación

  3ºLa gran masa de un pueblo no está constituida por profesores ni diplomáticos. Quién se proponga ganar a las masas, debe conocer la llave que le abra la puerta de su corazón. Esa llave no se llama objetividad, esto es, debilidad, sino voluntad y fuerza.

  4º La gran masa no es más que una parte de la Naturaleza y no cabe en su mentalidad comprender el mutuo apretón de manos entre hombres que afirman perseguir objetivos contrapuestos. Lo que la masa quiere es el triunfo del más fuerte y la destrucción del débil o su incondicional sometimiento.

  5º La incorporación en la comunidad nacional, o simplemente en el Estado, de un grupo convertido en clase social, no se produce por el descenso de nivel de las clases superiores existentes, sino por la exaltación de las esferas inferiores Tampoco pueden ser gestoras de este proceso las clases superiores; eso está reservado sólo a las clases inferiores que luchan por su derecho de igualdad. La burguesía actual no llegó a engranarse en el Estado por obra de la nobleza, sino gracias a su propio esfuerzo y a su propia directiva.

  6º Este criterio nuestro unilateral, pero justamente por eso, claramente definido, tienen que revelarse también en la propaganda del movimiento, aparte de que es indispensable por razones de la propaganda misma. La propaganda tiene que responder en su forma y en su fondo al nivel cultural de la masa, y la eficacia de sus métodos deberá apreciarse exclusivamente por el éxito obtenido.

  7ºJamás se alcanzará el objetivo de un movimiento político de reforma por medio de una labor de difusión meramente informativa o llegando a influenciar a los poderes dominantes, sino únicamente mediante la posesión del mando político

  8º El nuevo movimiento es antiparlamentario por su carácter y por la índole de su organización; es decir que en general, así como dentro de su propia estructura, rechaza el principio de decisión por mayoría, principio que degrada al Führer a la condición de simple ejecutor de la voluntad y de la opinión de los demás.

  9ºEl movimiento no ve su cometido en la restauración de una forma determinada de gobierno en oposición a alguna otra. Sino en el establecimiento de aquellos principios fundamentales, sin los cuales, ni monarquía ni república pueden contar con una existencia garantizada. No es su intención fundar una monarquía o consolidar una república, sino crear un Estado germánico.

  10º La cuestión de la organización interna del movimiento es cuestión convencional y no de principio. No es la mejor aquella organización que interpone entre la jefatura del movimiento y sus prosélitos un aparatoso sistema intermediario, sino la que se sirve del menos complicado mecanismo; pues no debe olvidarse que la tarea de organización consiste en transmitir a un cúmulo de hombres una determinada idea, que primero surgió en la mente de uno solo-y velar a su vez por la aplicación práctica de la misma

  11º El futuro de un movimiento depende del fanatismo, si se quiere, de la intolerancia con que sus adeptos sostengan su causa como la única justa y la impongan frente a otros movimientos de índole semejante

  12º Los secuaces de nuestro movimiento no deben temer el odio ni las vociferaciones de los  enemigos de nuestra nacionalidad y de nuestra ideología; por el contrario, deberán más bien ansiarlas.

  13º Nuestro movimiento está obligado a fomentar por todos los medios el respeto a la personalidad. No debe olvidarse que el valor de todo lo humano radica en el valor de la personalidad; que toda idea y que toda acción son el fruto dela capacidad creadora de un hombre y que, finalmente, la admiración por la grandeza de la personalidad, representa no sólo un tributo de reconocimiento para ésta, sino también un vínculo que une a los que sienten gratitud hacia ella.

   Después de estos  postulados, el partido organizo asambleas que se celebraban cada quince días, al principio fue difícil para los organizadores del partido, pues no había respuesta a las invitaciones de la asamblea, y siempre acudían solo los 7 representantes del partido,  pero después se procuró con intensidad dar difusión del movimiento.  Entre tanto, el número de los que frecuentaban las asambleas había ascendido a más de 200 y el éxito fue brillante lo mismo en el aspecto exterior, que en el orden económico. Quince días más tarde, la cifra había subido a más de 400.
   
A principios del año 1920 Hitler  indujo  a organizar el primer mitin. El presidente del partido, señor Harrer, creía no poder apoyar su iniciativa en cuanto al momento elegido y se decidió en consecuencia, como hombre correcto y honrado, a dejar la presidencia. Antón Drexler fue el sucesor; Hitler  personalmente me había reservado la organización de la propaganda, poniéndome resueltamente a la obra.Para el 4 de febrero de aquel año quedó fijada la fecha de realización de la primera gran asamblea popular del movimiento, todavía casi desconocido hasta entonces. Los preparativos los dirigió el mismo Adolfo Hitler.

No hay comentarios:

Publicar un comentario