viernes, 3 de mayo de 2013

LA PERSONALIDAD Y LA CONCEPCIÓN NACIONAL SOCIALISTA DEL ESTADO.

Si el Estado Nacionalsocialista y Racista tiene como su más importante finalidad la formación y educación del pueblo, como soporte del mismo, es obvio que no basta solamente con favorecer a los elementos raciales en sí y educarlos para la vida práctica. Sería una locura querer medir el valor de los hombres por la raza y declarar la guerra al principio marxista según el cual "un hombre es siempre igual a otro", si no estuviésemos resueltos a extraer de nuestra concepción las últimas consecuencias, la afirmación de que los pueblos no son iguales incluye la idea de que tampoco lo son entre sí todos los individuos de una Nación, porque, aunque en general sean semejantes, en lo particular se observan millares de pequeñas diferencias.
    Una ideología que, rechazando el principio democrático de la masa, aspira a consagrar este mundo en favor de los mejores, es decir, del hombre superior, está lógicamente obligada a reconocer también el principio aristocrático de la selección dentro de cada Nación, garantizando así el gobierno y la máxima influencia de los más capacitados en sus respectivos pueblos. Esta concepción se funda en la idea de la personalidad y no en la de la mayoría. Ha entendido muy superficialmente y nada sabe de lo que nosotros llamamos una Ideología  (Weltanschauung),  aquél  que  cree  que  un  Estado  Nacionalsocialista  se distingue de otros Estados en el aspecto puramente social, o por efecto de una mejor estructuración de su vida económica; es decir, por virtud de una distribución más equitativa entre riqueza y pobreza, o por el papel más influyente de la gran masa social en el proceso económico de la Nación o, por último, mediante salarios justos, que traten de anular un sistema de diferencias demasiado grandes. Quien así pensare, repito, se encontrará en un gran error y probará no tener la menor idea de lo que entendemos por una verdadera Concepción del Mundo. Todo aquello no ofrece la verdadera seguridad de subsistencia ni, menos aún, de grandiosidad.
     Lo que visiblemente liberó al hombre del mundo animal, fue su capacidad de hacer descubrimientos. Muchos de esos descubrimientos se basaban en el ingenio, cuyo uso facilitó la lucha por la supervivencia y el éxito en la misma. Una  segunda  iniciativa  vino  a  complementar  la  primera:  el  hombre  había aprendido a poner, al servicio de su lucha por la existencia, otros elementos y hasta seres vivientes; y he aquí cómo nació la verdadera actividad creadora del hombre, cuyos frutos constituyen la realidad que ahora experimentamos por doquier, los inventos materiales.
      La ideología Nacionalsocialista tiene que diferenciarse fundamentalmente de la del marxismo en el hecho de reconocer, no sólo el valor de la raza. sino también la significación de la personalidad, constituyendo ambas las columnas principales de toda su estructura. Ésos son los factores básicos en su manera de concebir el mundo, si el Estado no comprendiese la importancia fundamental de la verdad, no tendría el carácter moral para hablar de una nueva doctrina. De ahí resultan las siguientes nociones:
“La mejor Constitución Política de un Estado y su forma de gobierno es aquella que, con la seguridad más natural, lleva a situaciones de importancia preponderante y de influencia directriz a los más calificados elementos de la comunidad nacional.”
            La razón por la que el Ejército Prusiano se pudo transformar en un admirable instrumento de grandeza del pueblo alemán es que, en sentido figurado, aquél representa el edificio de nuestra organización nacional: autoridad y responsabilidad. El Estado se dividirá en dos cámaras: Cámaras Políticas y Cámaras Profesionales. En Cámara ni Senado alguno tendrá lugar jamás una votación, porque son organizaciones de trabajo y no máquinas de sufragio. Cada miembro tiene voto consultivo, pero no voto de decisión, el cual es sólo atributo del respectivo Presidente responsable.
            De ahí que el Movimiento Nacionalsocialista tiene que identificarse, ya en la actualidad, con tales ideas y llevarlas a la práctica dentro de su propia organización, a fin de que, en el momento dado, se encuentre en condiciones no únicamente de señalarle al Gobierno esas mismas directivas, sino también de poner a disposición de éste el cuerpo ya conformado de su tipo ideal de Estado.